
Miradas,
iris gitanos,
memorias de duendes,
mejillas de lejanías ingenuas
se quedan en aquel lugar
mientras yo escapo por el mundo,
recorro miles de pueblos y enciendo llamaradas.
Esos ojos de niños anidan en mi memoria
y nacen pájaros de palabras en otras pupilas infantiles.
La tierra y las aceitunas en la piel son caricias.
iris gitanos,
memorias de duendes,
mejillas de lejanías ingenuas
se quedan en aquel lugar
mientras yo escapo por el mundo,
recorro miles de pueblos y enciendo llamaradas.
Esos ojos de niños anidan en mi memoria
y nacen pájaros de palabras en otras pupilas infantiles.
La tierra y las aceitunas en la piel son caricias.
Marta Alicia Pereyra
Morteros, 20-08-05
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