En la plaza, algunas tipos,
y en las tipas, las cigarras
echando a rodar los ríos
estivales de sus flautas…
Versos del poema PUEBLO de Aledo Luis Meloni


Tipa Tree (Tipuana tipu)
Los conquistadores y colonizadores españoles
orillaron el chaco salteño de Argentina y Paraguay y, a cada paso, se asombraban
de la belleza de sus selvas, de sus ríos y del piedemonte de las Sierras
Subandinas. Allá por 1626, consideraron que era el paso obligado para ir en busca
de nuevos caminos para el transporte de la plata boliviana, encontrar más
metales preciosos y abrir nuevas rutas desde Lima hasta Buenos Aires. Estos
fragmentos de paraísos donde no faltaba una abundante fauna salvaje estaban
habitados por grupos de wichis (=gente o pueblo) o, apodados despectivamente,
“matacos” por los quechuas.
Fue en esos días de trajinar lugares exóticos que
surgieron historias, crónicas y se enviaron cartas que anoticiaban de las
novedades en tales parajes. Una de esas historias, que andaba de boca en boca,
comenzó el día en que un joven andaluz llamado Felipe se enamoró de una bella
indiecita y ella de él. La hizo su mujer y convivieron mientras él estuvo por esas
tierras, pero después fue enviado a otros destinos, aunque antes de partir, le
enseñó a leer y escribir en castellano. Ella se llamaba Tipuán y se quedó sola
con sus dos hijos. Lo extrañaron tanto que no dejó de enviarle cartas con
cuanto viajero pasaba por esos pagos, también se las envió por medio de aves
mensajeras.
Mientras tanto, su esposo seguía explorando
nuevos territorios en los que halló otros paraísos donde se dejó seducir por
exóticas amantes. También navegó por mares en días de calma o cuando la
borrasca amenazaba con enviarlo hasta el fondo marino.
Mucho tiempo después, cuando él descubrió el
camino de vuelta a su hogar, casi borrado de su memoria, encontró a Tipuán en
aquel familiar paraje de ensueño en singular y misteriosa metamorfosis. Felipe
atestiguó con asombro que ella, después de tanto tiempo de angustiosa espera,
había comenzado a dilatar sus piernas y pies cuyos dedos enraizaron cerca del
arroyo y su precioso cuerpecito fue adquiriendo una áspera esbeltez vegetal. De
sus brazos, manos y dedos, que seguían rogando a sus dioses del cielo por el
regreso de su amado, fueron brotando ramas que se cubrían de hermosas flores
amarillas que empezaron a caer llevadas por la brisa y formaron una alfombra de
oro sobre la hierba. Luego se cubrió de verdes hojas y más tarde comenzaron a
gotear de su follaje lágrimas y sus semillas aladas se dispersaron por un
extenso territorio. Sus hijos no estaban ajenos a esos cambios que veían con
sus ojitos incrédulos y, con sus bracitos, enlazaron la extraña forma maternal
que iba cambiando. Así también ellos se ponían bajo el influjo inexplicable de
su propia metamorfosis: se iban transmutando en enredaderas y epífitas que
subían, amorosas, por el tronco áspero del nuevo ser que había aparecido: un
árbol que sería denominado “tipa o tipuana tipu”.
El marido, cansado de tantas aventuras y
anonadado por el cambio sufrido por su familia, se fue quedando dormido sobre
el suave colchón de flores amarillas…
Dicen que nunca más se despertó.
Esta historia fue rodando de tribu en tribu hasta
llegar a los oídos de los europeos que explicaron el significado de esta
metamorfosis, si es verdad que se cuenta lo que ocurrió. La tipa representa a
esa indiecita enamorada que permanecerá esperando a su amado y enviándole
mensajes (las flores y las semillas encerradas en pequeñas alas) para que
vuelva a su lado. Las gotas que caen son las lágrimas por el amor ausente y las
enredaderas y epífitas que la visten, son sus hijos amados que la abrazan. Se dice que este árbol sigue llevando mensajes
amorosos desde plazas, avenidas y jardines de muchos sitios del mundo y pinta
de oro con su manto precioso donde duerme para siempre ese esposo ingrato.
Lo que sí se sabe es que es originario de
Argentina, Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay.
Marta Alicia
Pereyra Buffaz, Morteros, 29-11-11 – LAS TIPAS Espacio cultural, Córdoba, 05-04-2019
Marta Alicia Pereyra
Morteros, 29-11-11
26 comentarios:
Una historia muy bonita. Me ha encantado leerla. ¿Sabes que las hojas me recuerdan a la de las acacias?
Besitos y buena noche.
Gracias, querida Teresa.
Es de la misma flia. creo.
Es un árbol hermoso, pero un poco frágil cuando soplan vientos muy fuertes.
Enternecedora historia, amiga Marta.
Un abrazo
Hermosa y mística historia. La he disfrutado mucho, Marta Alicia.
Un abrazo inmenso desde una Copenhague lavándose los pies en agua de geranias,
Ian.
¡Qué bellísima historia! Llena de poesía y dulzura.Una bonita y poética manera de explicar el origen de una planta. Te felicito por rescatar esta preciosa leyenda.
Un abrazo
No conocìa estaleyenda.
Interesante, realmente.
Un abrazo.
He disfrutado tu hermosa historia, sera todo un placer el seguirte, desde Guatemala tu amigo SL
Gracias, amigos, por sus comentarios.
Claro que no la conocían porque la tuve que inventar como ejercicio para un taller literario.
Tampoco yo la conocía y como no encontré ninguna, tomé este árbol tan hermoso y que me da buenos sustos cuando sopla el viento porque la veo en mi patio mover sus ramas con furia. Ya perdió varios gajos y ramas.
El ejercicio consistió en transformar un ser vegetal en humano. Investigué un poco y me rompí las neuronas y esto me salió.
Marta:
Enfrente a mi departamento hay tipas centenarias. Son unos árboles de gran tamaño que ya no se plantan más. La razón primordial es que rompen las veredas, además de que las gotas que exudan sus hojas, arruinan aquello que mojan, tanto sea la pintura de los vehículos como la ropa. Es evidente que no son especies para la ciudad.
Es una lástima, ya que por su tamaño son visitadas por todo tipo de pájaros, en especial zorzales pecho colorado, urpilas y otras palomas de diverso tamaño.
La leyenda que redactaste tiene mucho en común con la mitología indígena, lo que la hace muy creíble.
Un cordial saludo.
Gracias, Arturo, por tus palabras.
Te diré que en mi ciudad de Morteros hay tipas en la plaza principal y crean un bello ambiente.
En el patio de mi casa tengo una gigante y maltratada por los vientos. También un vecino ha puesto una hija de la mía en su vereda.
En la Cañada de la ciudad de Córdoba las tipas están a lo largo de sus veredas.
Es un árbol muy grande para las veredas, pero es de una gran belleza y fragilidad.
Cariños.
Muy bella historia emanada de una mente muy buena...me ha gustado...un besote.
Olá Marta!
Retribuindo sua visita e Amizade,
já sou teu Admirdaor um blog
Fantástico que nos traz muita
informações com lindas palavras
e imagens, Gracias!!!
Este post é muito interessante
sobre esta linda árvore!
Saludos do Brasil.......Adriano.
Interesante leyenda, me gusta.
Ahora miraré de otra manera a las tipas que encuentra en mi camino.
Abrazos, tocaya.
Todos los árboles deberían tener su historia. Y si no la tienen...¡Tendrías que inventarla!
Me ha encantado...
Un abrazo.
Gracias, amigos y amigas, por sus visitas y comentarios.
Ya les retribuiré. Estoy un poco atrasada con unos trabajitos. ¡Estoy en deuda con ustedes!
Es una bonita historia. Este andaluz fue una suerte de Ulises que llegó tarde al encuentro con su Penélope.
Saludos.
precioso canto a la inocencia,
esa que le hace a la mujer
fundirse en la propia naturaleza,
sin duda tu sensibilidad hacia lo natural, lo autentico
y lo no profanado, se plasma en cada una de tus entradas.
todo un regalo para compartir con
los demás. te dejo mi dirección
por si quieres leer algo mío,
saludos.
nocheperegrina@blogspot.com
Marta, que bella historia que escribiste. Aunque triste, me pareció hermosa. Siempre la mujer defendiendo la familia ante todo. Es un bello árbol y muy estético, me gusta mucho verlo. Las de mi ciudad, son parte de la historia de la Cañada.
Un verdadero placer leer esta entrada en el blog.
te dejo un gran cariño
¡Gracias, Martín,Paco y Cecilia, por sus visitas y comentarios!
hermosa historia, conozco el árbol y sus lágrimas...
saludos querida Marta
Bella historia, me encatan las historias de árboles. Como siempre mi cariño.
¡Gracias, abuela y Julie, por pasar y dejar su comentario!
Un abrazo.
Gracias por la descripción siempre quise saber su nombre porque era el árbol al que me subía donde jugaba en mi niñez con mis primos en la Campiña Chorrillos Perú.
Recién la semana pasada en una visita a la Universidad Agraria de la Molina pude saber su nombre .Es hermoso con sus flores amarillas
Gracias por tu visita y por tu comentario, peruano/a desconocido.
Las tipas son árboles muy hermosos.🤓💖🌹
Buenas tardes, en la escuela donde trabajo hay un hermoso árbol de Tipa. Enorme.
Gracias por tu visita, desconocido. Me alegro de que tengan una tipa en tu escuela. Son árboles hermosos y crecen hasta ser majestuosos gigantes.
Publicar un comentario