BIENVENIDOS A "LIBELULARIAS" CON LOS TEXTOS LITERARIOS DE MARTA ALICIA PEREYRA BUFFAZ.

Iniciado el sábado 4 de octubre de 2008 en la ciudad de Morteros, provincia de Córdoba, República Argentina y aquí continúo.

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martes, 15 de septiembre de 2009

219. ESPERANDO UNA ESPERANZA (Glosa)


Mona Lisa de L. De Vinci


Esperando una esperanza
estoy como delirando.
Más vale morir sintiendo
y no vivir esperando.
Anónimo







La vida se me está pasando
y voy perdiendo la confianza
sola me voy quedando
esperando una esperanza.

Ahora no sé quién soy,
antes me la pasaba cantando.
Olvidando todo mi pasado voy…
estoy como delirando.

Por estos pobres versos
no sé si seguiré muriendo.
Él los maltrata, es perverso.
Más vale morir sintiendo.

Usted me contó sus amores.
Su candor se fue agotando
por encerrar en su corazón, flores
y no vivir esperando.







Marta Alicia Pereyra
Morteros, 15-09-09

miércoles, 9 de septiembre de 2009

218. INFORME SOBRE UNA METAMORFOSIS PERSONAL







No sé qué estoy haciendo aquí arriba, me parece un sitio conocido… Sí, es la cumbre de la vieja torre del tanque de agua del pueblo... Estaba durmiendo en mi cama y ahora me encuentro en este lugar… ¡claro! Siempre tengo pesadillas increíbles y sé que estoy en una de ellas… Voy a tratar de despertarme… ¡Estoy incómoda y me siento inestable!... ¡Fuera de aquí, bicho inmundo!... ¿Cómo hay tantos murciélagos?... ¡Están por todas partes!

Me agacho por la baranda y no puedo agarrarme con mis manos… ¡¿Cómo tengo la piel tan oscura?! ¿Qué les pasa a mis manos? Se me han puesto ganchudas y siento correr un escalofrío por mi cuerpo que se tensa. ¡¿Qué me está pasando?! Nunca tuve conciencia de quién era y ahora me pasa esto. ¿Qué me van a decir en casa? ¿Cómo he podido llegar hasta aquí? Creo que voy recordando... salí de mi cama, fui hasta el jardín de mi casa, sentí un llamado irresistible y vine hasta aquí caminando tan rápido que me pareció volar. Sí, creo que volaba con mis brazos que ahora sí me doy cuenta de que se han convertido en negras alas unidas a mis piernas con esta uña fuerte en la punta. Ando lentamente porque me sigue creciendo esta horrible membrana que une cada uno de mis brazos con mis piernas. Mi torso y mi abdomen están cubiertos de una piel que siento extraña pero que les da tibieza y también a mis largas piernas, antes blancas, –aunque siempre fueron algo velludas–... Advierto que se me han acortado bastante y los dedos de mis pies parecen garras… ¡Me han dejado de doler las uñas encarnadas! Debo recordar cada transformación para escribir un informe sobre lo que me está sucediendo… Sólo tengo que pensar con claridad y escapar de esta pesadilla.
No puedo tocar mi rostro con mis manos, pero si me acerco al vidrio sucio de esa ventanita que está brillando bajo la luz de la luna, me podré ver en la pulida superficie que parece un espejo. ¡¿Qué me está pasando?! ¡Malo ha de ser mi karma para estar en esta pesadilla!

Me angustia pensar que no me reconoceré, pero debo animarme y verme... El bronce me devuelve un rostro que me hace gritar pero no logro desahogar mi sorpresa: mis mejillas están cubiertas por un pelaje negruzco –claro que siempre tuve que depilarme el rostro con frecuencia– y mi nariz se está pareciendo a un hocico. En mi boca, percibo que los dientes me están creciendo desmesuradamente y mis ojos están casi ciegos –últimamente me falló la vista reiteradas veces.
El murmullo de alas y chillidos me aturde. Este lugar se ha llenado de inmundos murciélagos.
¿Quién soy yo? ¿Qué pesadilla es ésta? ¿Cuándo se acabará?
Ahora se han aquietados y se retiran esos repulsivos monstruos. Me siento más tranquila y, aunque veo poco, percibo que alguien está llegando. Oigo las vibraciones de un aletear y está frente a mí, oigo su respiración y un extraño olor.






–¡Hola! ¿Ya estás despierta, Murcia? ¿Vamos a dar un paseo por la noche?
–¿Quéeee?
–Tranquilízate, ya te acostumbrarás a tu nueva vida. Cuando nos alimentemos te sentirás mejor.
–¿Qué está pasando? ¿Qué clase de pesadilla es ésta?
–Yo soy Ogalum, el príncipe de los murciélagos. Ha llegado la hora de la oscuridad y tendrás mucho tiempo para adaptarte. Nos acompañarán nuestros súbditos.
–¡Me quiero despertar!
–Murcia, no estás en un sueño. Comprende y acepta tu nueva naturaleza. Yo soy el Príncipe de los Vampiros y tú serás mi princesa para siempre.
–No quiero estar en esta pesadilla. Nooooo








Marta Alicia Pereyra
Morteros, 19-08-09 al 07-09-09
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