
Por mi ventana se cuela un vendaval:
Entran una murga y un antifaz.
Suenan tambores marcando el compás
a los bailarines del carnaval.
El viento pasea la voz del locutor...
vibra la música con alegría.
También dan vueltas por las celosías
de apetitoso asado, el olor.
Llegan a mis mejillas tenues rayos,
es la esmerilada y pálida luna
que por las hendijas, juega y se raya.
Despiertan y se animan viejos lazos,
algunas heridas fluyen y pulsan
al ritmo de la singular comparsa.
Marta Alicia Pereyra
Morteros, 09-07-03
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