
Era la bruja Zunilda
muy amiga de doña Nilda.
Por las tardes, tomaban té
y se trataban de usted.
Una tarde de agosto
el cielo se hizo angosto.
Sopló un fuerte ventarrón
y el aire quedó marrón.
Cuando el reloj sonó,
nada les importó.
Zunilda sacó su escoba,
convirtió a su amiga en loba.
Se fueron a dar vueltas
y así llegaron a un delta.
Las islas y los riachos
se veían muy borrachos.
La bruja colgó su vehículo
y danzaron en un cubículo.
Bailaron la chacarera
con un pez, la noche entera.
El reloj volvió a sonar
y se pusieron a volar.
Llegaron a un aquelarre
y les ordenaron: “¡Barre!”
Bruja y loba barrieron,
la mala suerte corrieron.
Y en el caldero hirviente,
cocinaron palabras hirientes.
Y antes de que canten los gallos,
todos se curaron los callos.
Cuando el sol regaló su oro,
todos recitaron a coro.
Los brujos remontaron vuelo
y cada cual fue a su suelo.
Zunilda volvió con su amiga
y le sacó el hechizo con una miga.
Pasaron la mañana durmiendo
y se levantaron sonriendo.
Las dos tomaron su té
y se trataron de usted.
Así termina esta historia
de la bruja y su trayectoria.
Marta Alicia Pereyra
Morteros, 20-08-03
muy amiga de doña Nilda.
Por las tardes, tomaban té
y se trataban de usted.
Una tarde de agosto
el cielo se hizo angosto.
Sopló un fuerte ventarrón
y el aire quedó marrón.
Cuando el reloj sonó,
nada les importó.
Zunilda sacó su escoba,
convirtió a su amiga en loba.
Se fueron a dar vueltas
y así llegaron a un delta.
Las islas y los riachos
se veían muy borrachos.
La bruja colgó su vehículo
y danzaron en un cubículo.
Bailaron la chacarera
con un pez, la noche entera.
El reloj volvió a sonar
y se pusieron a volar.
Llegaron a un aquelarre
y les ordenaron: “¡Barre!”
Bruja y loba barrieron,
la mala suerte corrieron.
Y en el caldero hirviente,
cocinaron palabras hirientes.
Y antes de que canten los gallos,
todos se curaron los callos.
Cuando el sol regaló su oro,
todos recitaron a coro.
Los brujos remontaron vuelo
y cada cual fue a su suelo.
Zunilda volvió con su amiga
y le sacó el hechizo con una miga.
Pasaron la mañana durmiendo
y se levantaron sonriendo.
Las dos tomaron su té
y se trataron de usted.
Así termina esta historia
de la bruja y su trayectoria.
Marta Alicia Pereyra
Morteros, 20-08-03
2 comentarios:
Cuanta rima!!!
Quería contarte q pasé a leerte!!
saludos...
Mel.-
¡Gracias, Mel!
Ya te voy a hacer una visita.
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