Mis miedos surgieron de mis sueños,
mis ojos me vieron en un espejo.
¡Era yo! ¡Vencida, temblorosa y aterrorizada!
Me vi como en una fantasmal visión
en una jaula prisionera,
de rodillas suplicando piedad y ayuda.
Mi esperanza yacía en el fango oscuro y lúgubre
y mis ojos perdidos en la penumbra.
Estoy desde hace años en esa noche fría…
y hasta su belleza la Luna me ocultaba
mientras unas ramas como cuernos la herían.
¡Y yo postrada de rodillas con mis miedos!
¡Quiero liberarme de estos barrotes!
¡Quiero sonreír a la luz de un nuevo día!
¡Tal vez mi corazón halle consuelo!
¡Tal vez estas pobres líneas sí lo sean!
Marta Alicia Pereyra, Morteros 21-05-2025