ÁNGEL CAÍDO
Rozo mi cuerpo con mis manos
y mis ojos insomnes te descubren.
Desde el fondo de mi abismo,
ensayo una crepuscular caricia
y entre las sombras áridas
mis manos se desgranan mustias.
Lucho contra el vacío y mi naturaleza.
Percibo el tajo en mi espalda:
Soy un ángel de fantasmal presencia.
¿En qué batalla perdí mi ala?
Las mínimas cumbres de mis vértebras…
¿Dividen mi espalda en dos llanuras?
Una es bella y de plumas vestida.
La otra, con el tajo sangrante de una herida.
¿Qué demonio mítico me mutiló en las sombras?
Ahora, en esta noche de esperanzas plena,
¡La silueta de tus manos son mi consuelo!
Quizás tallen mi ala rota con amoroso celo.
Marta Alicia Pereyra
04-04-24, Morteros
1 comentario:
Hola, mi querida Marta: Me ha encantado saber de ti y de tu nieta. Le deseo los mejores augurios en su carrera de Medicina, si logra entrar. Que sino, pruebe en otras universidades como la de Rosario, que tiene muy buena Facultad. Que no se desanime a la primera, si realmente es su vocación.
Yo estoy desde la pandemia viviendo en Montevideo ¿te lo había dicho? cerca de mi hija y cuatro nietas, en el mismo barrio, a cuatro cuadras. El padre de ellas falleció de cáncer en el cerebro hace dos años y ayudo mucho a mi hija con ellas. Por lo demás, muy triste con la Guerra allá y continuo contacto con todos mis primos y amigos. No tengo tiempo de ocuparme del blog, que ya cumplió su etapa pero siempre me acuerdo de ti y de otro amigos y me llenaron de alegría tus mensajes.
Este poema es triste y me ha llegado al alma, me da gusto haber venido a verte y leerlo. Te mando un beso muy fuerte. Espero noticias de tu nieta.
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