«La mirada es una elección. El que mira decide fijarse en algo
en concreto y, por consiguiente, a la fuerza elige excluir su atención
del resto de su campo visual. Esa es la razón por la cual la mirada,
que constituye la esencia de la vida, es, en primera instancia, un rechazo»
Amélie Nothomb, escritora belga en lengua francesa nacida en 1967.
¿Miro sin ver o veo cuando dejo de mirar?
Cae el rocío sobre la Tierra
y en el cielo ya no se ve la Luna…
En ese instante puntual, el Sol es el Aleph,
principio, fin y todo.
En él me veo, te veo y a la diversidad del mundo.
Veo la ilusión por alcanzar mis sueños.
Palpo la pared velluda de musgo y vivo mi historia,
la historia de los que ya no están y de los que vendrán.
La redondez del mundo es fecunda:
ha parido el agua de los ríos y de los océanos,
los árboles de los bosques, las flores y sus leyendas,
las rocas, la sal y la arena rubia,
la voz del viento entre las ramas,
la oruga y el caracol sobre la hoja tierna,
el pájaro en el nido y la rana en su charco.
Oigo el rumor del campo y de la ciudad
y el apuro del vecino por llegar a su trabajo.
Entorno mis párpados y el aroma del café
me hace cosquillas en la nariz.
En el cielo, un avión, como un pez, deja su estela.
En el mar, una barca deja la suya de pura espuma.
Un enfermo fallece mientras oigo el llanto de un recién nacido.
Abrazo a mi hijo y el círculo se cierra y se vuelve a abrir.
Miro hacia afuera y me miro hacia adentro.
Marta Alicia Pereyra Buffaz
Morteros, 18-07-19
2 comentarios:
Precioso: en suma, la vida.
Besos, Marta
¡Gracias, Myriam, por tu visita y comentario!
Abrazo gigante.
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