
Sobre una tumba sin dueño,
desolada,
en el escalón de la noche
encendía yo mi muerte
creyendo ver volar murmullos,
aun algunos esperpentos.
Rememoré tormentos y agonías.
Hoy siento el pavor del umbral
y sé que acarrearé sobresaltos eternos.
desolada,
en el escalón de la noche
encendía yo mi muerte
creyendo ver volar murmullos,
aun algunos esperpentos.
Rememoré tormentos y agonías.
Hoy siento el pavor del umbral
y sé que acarrearé sobresaltos eternos.
Lamento instantes de dudas
en la cavidad de un hechizo.
en la cavidad de un hechizo.
Se indignaron los caínes
y yo me apagué en mi sepulcro
tras un rechinar de dientes
y el aullar de las fieras.
Marta Alicia Pereyra
Morteros, 28-10-07
2 comentarios:
Libélula… hoy tus letras están impregnadas de tristeza.
Besos
Gracias, Rosario.
No es hoy, sólo copié lo que escribí el 28 de oct. del año pasado.
Estoy recopilando trabajos.
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