177. MI NAUFRAGIO

Sobre la arena
escritura de pájaros:
memorias del viento.
Octavio Paz

El sol se había quebrado en el mar cuando apareció una isla ante mis ojos casi ciegos. Con mi última esperanza de náufrago moví los remos y me acerqué a la playa donde los pájaros del mar habían escrito mil mensajes que sólo conocía el viento. Salí de mi bote y, como pude, lo arrastré sobre la arena para dejarlo a salvo; tenía mi piel enrojecida y ampollada por el sol, la boca reseca y los labios resquebrajados por tantos días a la deriva. Mi ropa caía a jirones y mis pies descalzos dibujaron mi soledad sobre esa ribera. Caminé y me arrastré como pude hasta las palmeras que mecían su silueta vegetal, insensible y ociosa. Ya no recordaba mi nombre, me sentí morir por el agotamiento. Tal vez, la vi y le grité llamándola. Me parece que se me acercó. Luego, me derrumbé y soñé con ella. Más tarde, olvidé para siempre quién era y me desperté quién sabe cuánto tiempo después en esta cama de hospital. Esta mañana ha venido un juez a tomarme declaraciones. Dice que he asesinado a una mujer.

Marta Alicia Pereyra

Morteros, 24-06-08