Entre la niebla vaporosa,
ondulan sedosos mantos
grises y blancos, rosados y lilas,
encubridores y envolventes,
zigzagueantes y danzarines.
Fríos tules de enrejados ásperos
flotan volátiles, vacilantes, agitados
por el iracundo viento mañanero.
Siluetas vegetales,
en el fondo del paisaje, trazas verticales
oscuras, húmedas, estáticas,
esfumadas, solemnes.
El follaje se envuelve en las cofias de las nubes,
pero escapan mechones de verdor perenne.
En el suelo húmedo, la velluda cebadilla
y la vivacidad del musgo.
Más cerca o más lejos, un piano de cola,
fantasmal instrumento,
emerge y suena cadencioso, venturoso.
Del pianista atlético, movedizo,
histriónico personaje, dibujo humano del bosque,
brotan manos con dedos infinitos
que aprietan teclas marfileñas azabaches
y dibujan arabescos por el aire.
Las notas suben y trenzan melodías
entre las ramas del pinar.
Se enrulan en los tules,
flotan y resbalan por los mantos,
atraviesan la neblina
y se desgranan por la hierba.
ondulan sedosos mantos
grises y blancos, rosados y lilas,
encubridores y envolventes,
zigzagueantes y danzarines.
Fríos tules de enrejados ásperos
flotan volátiles, vacilantes, agitados
por el iracundo viento mañanero.
Siluetas vegetales,
en el fondo del paisaje, trazas verticales
oscuras, húmedas, estáticas,
esfumadas, solemnes.
El follaje se envuelve en las cofias de las nubes,
pero escapan mechones de verdor perenne.
En el suelo húmedo, la velluda cebadilla
y la vivacidad del musgo.
Más cerca o más lejos, un piano de cola,
fantasmal instrumento,
emerge y suena cadencioso, venturoso.
Del pianista atlético, movedizo,
histriónico personaje, dibujo humano del bosque,
brotan manos con dedos infinitos
que aprietan teclas marfileñas azabaches
y dibujan arabescos por el aire.
Las notas suben y trenzan melodías
entre las ramas del pinar.
Se enrulan en los tules,
flotan y resbalan por los mantos,
atraviesan la neblina
y se desgranan por la hierba.
Marta Alicia Pereyra
Morteros, 25-05-04
2 comentarios:
Un hermoso poema para no menos sugerente foto. Felicitaciones Libélula, por tu blog, por tu quehacer literario, por tu constante trabajo. Es una delicia conocer tu blog, al que entraré de vez en cuando. Y lo recomendaré en el mío. Un abrazo y una delicia leerte. Besos, Julie
¡Gracias, Julie!
Ya pondré la dirección del tuyo por aquí.
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