
Aquel cautivo famoso,
ese indio de ojos celestes,
cabellos de gramíneas,
prisionero de su piel de bronce,
tiene la cabeza vencida
por el peso de un recuerdo.
Veo su vida partida
por un cuchillito significativo.
Su pasado es el estallido
de su mañana ignoto.
Su corazón es un aullido
y un salto al rumor del viento.
Marta Alicia Pereyra
Morteros, 24-04-06
No hay comentarios:
Publicar un comentario