BIENVENIDOS A "LIBELULARIAS" CON LOS TEXTOS LITERARIOS DE MARTA ALICIA PEREYRA BUFFAZ.

Iniciado el sábado 4 de octubre de 2008 en la ciudad de Morteros, provincia de Córdoba, República Argentina y aquí continúo.

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lunes, 4 de junio de 2012

262. LEYENDA DE LA TIPA (TIPUANA TIPU)

En la plaza, algunas tipos,

y en las tipas, las cigarras

echando a rodar los ríos

estivales de sus flautas…

Versos del poema PUEBLO de Aledo Luis Meloni


Tipa Tree (Tipuana tipu)

(Esta leyenda es de mi autoría, no es transcripción de una leyenda ya inventada.)

Los conquistadores y colonizadores españoles orillaron el chaco salteño de Argentina y Paraguay y, a cada paso, se asombraban de la belleza de sus selvas, de sus ríos y del piedemonte de las Sierras Subandinas. Allá por 1626, consideraron que era el paso obligado para ir en busca de nuevos caminos para el transporte de la plata boliviana, encontrar más metales preciosos y abrir nuevas rutas desde Lima hasta Buenos Aires. Estos fragmentos de paraísos donde no faltaba una abundante fauna salvaje estaban habitados por grupos de wichis (=gente o pueblo) o, apodados despectivamente, “matacos” por los quechuas.

Fue en esos días de trajinar lugares exóticos que surgieron historias, crónicas y se enviaron cartas que anoticiaban de las novedades en tales parajes. Una de esas historias, que andaba de boca en boca, comenzó el día en que un joven andaluz llamado Felipe se enamoró de una bella indiecita y ella de él. La hizo su mujer y convivieron mientras él estuvo por esas tierras, pero después fue enviado a otros destinos, aunque antes de partir, le enseñó a leer y escribir en castellano. Ella se llamaba Tipuán y se quedó sola con sus dos hijos. Lo extrañaron tanto que no dejó de enviarle cartas con cuanto viajero pasaba por esos pagos, también se las envió por medio de aves mensajeras.
Mientras tanto, su esposo seguía explorando nuevos territorios en los que halló otros paraísos donde se dejó seducir por exóticas amantes. También navegó por mares en días de calma o cuando la borrasca amenazaba con enviarlo hasta el fondo marino.

Mucho tiempo después, cuando él descubrió el camino de vuelta a su hogar, casi borrado de su memoria, encontró a Tipuán en aquel familiar paraje de ensueño en singular y misteriosa metamorfosis. Felipe atestiguó con asombro que ella, después de tanto tiempo de angustiosa espera, había comenzado a dilatar sus piernas y pies cuyos dedos enraizaron cerca del arroyo y su precioso cuerpecito fue adquiriendo una áspera esbeltez vegetal. De sus brazos, manos y dedos, que seguían rogando a sus dioses del cielo por el regreso de su amado, fueron brotando ramas que se cubrían de hermosas flores amarillas que empezaron a caer llevadas por la brisa y formaron una alfombra de oro sobre la hierba. Luego se cubrió de verdes hojas y más tarde comenzaron a gotear de su follaje lágrimas y sus semillas aladas se dispersaron por un extenso territorio. Sus hijos no estaban ajenos a esos cambios que veían con sus ojitos incrédulos y, con sus bracitos, enlazaron la extraña forma maternal que iba cambiando. Así también ellos se ponían bajo el influjo inexplicable de su propia metamorfosis: se iban transmutando en enredaderas y epífitas que subían, amorosas, por el tronco áspero del nuevo ser que había aparecido: un árbol que sería denominado “tipa o tipuana tipu”.
El marido, cansado de tantas aventuras y anonadado por el cambio sufrido por su familia, se fue quedando dormido sobre el suave colchón de flores amarillas…
Dicen que nunca más se despertó.

Esta historia fue rodando de tribu en tribu hasta llegar a los oídos de los europeos que explicaron el significado de esta metamorfosis, si es verdad que se cuenta lo que ocurrió. La tipa representa a esa indiecita enamorada que permanecerá esperando a su amado y enviándole mensajes (las flores y las semillas encerradas en pequeñas alas) para que vuelva a su lado. Las gotas que caen son las lágrimas por el amor ausente y las enredaderas y epífitas que la visten, son sus hijos amados que la abrazan. Se dice que este árbol sigue llevando mensajes amorosos desde plazas, avenidas y jardines de muchos sitios del mundo y pinta de oro con su manto precioso donde duerme para siempre ese esposo ingrato. 
Lo que sí se sabe es que es originario de Argentina, Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay.


Marta Alicia Pereyra Buffaz, Morteros, 29-11-11 – LAS TIPAS Espacio cultural, Córdoba, 05-04-2019



tipa tipuana


Marta Alicia Pereyra
Morteros, 29-11-11

26 comentarios:

Teresa dijo...

Una historia muy bonita. Me ha encantado leerla. ¿Sabes que las hojas me recuerdan a la de las acacias?

Besitos y buena noche.

Marta Alicia Pereyra Buffaz dijo...

Gracias, querida Teresa.

Es de la misma flia. creo.

Es un árbol hermoso, pero un poco frágil cuando soplan vientos muy fuertes.

jose maria criado lesmes dijo...

Enternecedora historia, amiga Marta.
Un abrazo

Ian Welden dijo...

Hermosa y mística historia. La he disfrutado mucho, Marta Alicia.
Un abrazo inmenso desde una Copenhague lavándose los pies en agua de geranias,

Ian.

Rita dijo...

¡Qué bellísima historia! Llena de poesía y dulzura.Una bonita y poética manera de explicar el origen de una planta. Te felicito por rescatar esta preciosa leyenda.
Un abrazo

El Gaucho Santillán dijo...

No conocìa estaleyenda.


Interesante, realmente.

Un abrazo.

STARLIGHT dijo...

He disfrutado tu hermosa historia, sera todo un placer el seguirte, desde Guatemala tu amigo SL

Marta Alicia Pereyra Buffaz dijo...

Gracias, amigos, por sus comentarios.

Claro que no la conocían porque la tuve que inventar como ejercicio para un taller literario.

Tampoco yo la conocía y como no encontré ninguna, tomé este árbol tan hermoso y que me da buenos sustos cuando sopla el viento porque la veo en mi patio mover sus ramas con furia. Ya perdió varios gajos y ramas.

El ejercicio consistió en transformar un ser vegetal en humano. Investigué un poco y me rompí las neuronas y esto me salió.

Arturo dijo...

Marta:
Enfrente a mi departamento hay tipas centenarias. Son unos árboles de gran tamaño que ya no se plantan más. La razón primordial es que rompen las veredas, además de que las gotas que exudan sus hojas, arruinan aquello que mojan, tanto sea la pintura de los vehículos como la ropa. Es evidente que no son especies para la ciudad.
Es una lástima, ya que por su tamaño son visitadas por todo tipo de pájaros, en especial zorzales pecho colorado, urpilas y otras palomas de diverso tamaño.
La leyenda que redactaste tiene mucho en común con la mitología indígena, lo que la hace muy creíble.
Un cordial saludo.

Marta Alicia Pereyra Buffaz dijo...

Gracias, Arturo, por tus palabras.

Te diré que en mi ciudad de Morteros hay tipas en la plaza principal y crean un bello ambiente.

En el patio de mi casa tengo una gigante y maltratada por los vientos. También un vecino ha puesto una hija de la mía en su vereda.

En la Cañada de la ciudad de Córdoba las tipas están a lo largo de sus veredas.

Es un árbol muy grande para las veredas, pero es de una gran belleza y fragilidad.

Cariños.

FIBO dijo...

Muy bella historia emanada de una mente muy buena...me ha gustado...un besote.

Adriano dijo...

Olá Marta!

Retribuindo sua visita e Amizade,

já sou teu Admirdaor um blog

Fantástico que nos traz muita

informações com lindas palavras

e imagens, Gracias!!!

Este post é muito interessante

sobre esta linda árvore!

Saludos do Brasil.......Adriano.

Alicia Abatilli dijo...

Interesante leyenda, me gusta.
Ahora miraré de otra manera a las tipas que encuentra en mi camino.
Abrazos, tocaya.

Antonia dijo...

Todos los árboles deberían tener su historia. Y si no la tienen...¡Tendrías que inventarla!
Me ha encantado...
Un abrazo.

Marta Alicia Pereyra Buffaz dijo...

Gracias, amigos y amigas, por sus visitas y comentarios.

Ya les retribuiré. Estoy un poco atrasada con unos trabajitos. ¡Estoy en deuda con ustedes!

Martín Lexequías dijo...

Es una bonita historia. Este andaluz fue una suerte de Ulises que llegó tarde al encuentro con su Penélope.

Saludos.

markes.kaliche dijo...

precioso canto a la inocencia,
esa que le hace a la mujer
fundirse en la propia naturaleza,
sin duda tu sensibilidad hacia lo natural, lo autentico
y lo no profanado, se plasma en cada una de tus entradas.
todo un regalo para compartir con
los demás. te dejo mi dirección
por si quieres leer algo mío,
saludos.
nocheperegrina@blogspot.com

Cecilia Montoya dijo...

Marta, que bella historia que escribiste. Aunque triste, me pareció hermosa. Siempre la mujer defendiendo la familia ante todo. Es un bello árbol y muy estético, me gusta mucho verlo. Las de mi ciudad, son parte de la historia de la Cañada.
Un verdadero placer leer esta entrada en el blog.
te dejo un gran cariño

Marta Alicia Pereyra Buffaz dijo...

¡Gracias, Martín,Paco y Cecilia, por sus visitas y comentarios!

La abuela frescotona dijo...

hermosa historia, conozco el árbol y sus lágrimas...
saludos querida Marta

Julie Sopetrán dijo...

Bella historia, me encatan las historias de árboles. Como siempre mi cariño.

Marta Alicia Pereyra Buffaz dijo...

¡Gracias, abuela y Julie, por pasar y dejar su comentario!

Un abrazo.

Unknown dijo...

Gracias por la descripción siempre quise saber su nombre porque era el árbol al que me subía donde jugaba en mi niñez con mis primos en la Campiña Chorrillos Perú.
Recién la semana pasada en una visita a la Universidad Agraria de la Molina pude saber su nombre .Es hermoso con sus flores amarillas

Marta Alicia Pereyra Buffaz dijo...

Gracias por tu visita y por tu comentario, peruano/a desconocido.
Las tipas son árboles muy hermosos.🤓💖🌹

Unknown dijo...

Buenas tardes, en la escuela donde trabajo hay un hermoso árbol de Tipa. Enorme.

Marta Alicia Pereyra Buffaz dijo...

Gracias por tu visita, desconocido. Me alegro de que tengan una tipa en tu escuela. Son árboles hermosos y crecen hasta ser majestuosos gigantes.

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