Suenan las teclas del piano
de la vida,
las maracas son las calaveras
de la orquesta.
Los mitos sonríen al arco iris,
la fantasía cose soles y sonrisas
con hileras de dientes y colmillos.
Mi corazón cuelga ansioso
en el nicho de gruñidos
y me caigo en un mar de olvidos
y caprichos.
Marta Alicia Pereyra
Morteros, 05-06-05
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